Parálisis cerebral es un trastorno global de la persona consistente en un desorden permanente y no inmutable del tono, la postura y el movimiento, debido a una lesión no progresiva en el cerebro antes de que su desarrollo y crecimiento sean completos.
Esta lesión puede generar la alteración de otras funciones superiores e interferir en el desarrollo del sistema nervioso central.
Los rasgos de parálisis genralmente admitidos son:
Se produce por una lesión en el encéfalo, lo que permite establecer un diagnóstico diferencial con respecto a otros trastornos como miopatía, espina bífida, poliomielitis, etc.
La lesión cerebral de que se trate se puede producir desde el inicio de la gestación hasta los 3 años.
Dicha lesión es irreversible y no evoluciona. Los síntomas pueden cambiar a lo largo de la vida de la persona.
Los trastornos resultantes de la parálisis cerebral son múltiples y complejos. El más frecuente y evidente se caracteriza por alteraciones en la postura, tono muscular y movimiento.
También pueden asociarse trastornos sensoriales,perceptivos, cognitivos, respiratorios, epilepsia, trastornos
del lenguaje, de conducta, etc.
Las causas pueden ser:
Prenatales: infecciones intrauterinas (especialmente virales), las intoxicaciones (sustancias tóxicas, medicamentosas), exposición a radiaciones, etc.
Perinatales: la anoxia, la prematuridad, los traumatismos mecánicos del parto y el desprendimiento placentario prematuro.
Postnatales: incompatibilidad sanguínea, las encefalitis y meningitis, problemas metabólicos, lesiones traumáticas y la ingestión accidental de sustancias tóxicas.
La importancia de integrarlo
Ofrecedle la oportunidad de una educación normalizada, como la de cualquier otro niño, sin sobreprotecciones ni consentimientos más allá de lo que estimes conveniente.
Apoyadlo en las dificultades y los fracasos. Intenta, en la medida de los posible, que tu hijo se comporte como cualquier otro niño de su edad. Estimula a tu pareja, familia y amigos a que hagan lo mismo. La manera de tratar a tu hijo será el mejor modelo para enseñar a las personas de tu entorno más cercano cómo hacerlo.
La mejor manera de integración en un grupo social es participando en él. Participar en actos festivos de la comunidad, salir a comprar al mercado o bajar al parque son experiencias de las que no los podemos privar.
Animad a otros adultos y a otros niños a conocer a vuestro hijo. En ocasiones podemos pensar que sólo nosotros como padres podemos entender, atender y querer a nuestro hijo y, de esta manera, nos los “reservamos” en exclusividad. Sin embargo, es positivo que aprenda a estar con otras personas.
Esto amplía su mundo social y le ofrece nuevas posibilidades de aprendizaje a él y al resto de los adultos que aprendena percibirlo como un niño más con sus peculiaridades.
Comunicarse con el bebé, así como aprender a reconocer e interpretar su comportamiento son aspectos muy importantes.
La mayoría de los bebés y niños con parálisis cerebral se expresan con gestos y movimientos que a veces nos cuestainterpretar por ser bruscos o faltos de precisión. Saber apreciarlos y, especialmente cuando tu bebé es muy pequeño dotar a estos gestos de intención comunicativa facilitará y enriquecerá la interacción con tu hijo.
Especialmente cuando vuestro bebé sea muy pequeño, procura tenerlo cerca. Comunicate con él o ella lo más a menudo que podáis, hablándole, mirándole o tocándole.
Mientras hagáis esto, intentad aprender a reconocer los pequeños signos que vuestro bebé hace para intentar decirte algo.
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