martes, 13 de octubre de 2009

Inclusión

El cuento de la rana sorda




Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo.



Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo éste era,le dijeron a las dos ranas que estaban en el fondo que a los efectos prácticos, se debían dar por muertas.



Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serian inútiles.



Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió, se desplomó y murió.



La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía sentido seguir luchando.



Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que, finalmente, logró salir del hoyo.



Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "Nos alegra que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".



La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás gesticulaban tanto porque le estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.



Los niños y el hielo



Cuenta la leyenda que había dos niños patinando sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación; cuando de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos se cayó al agua. El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así lograr salvar a su amigo.


Cuando los bomberos llegaron y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: "¿Cómo lo hizo? El hielo es muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar con esa piedra y esas manos tan pequeñas. ¡Es imposible!". En ese instante un anciano que estaba detrás escuchando dijo: "Yo sé cómo lo hizo". Y los bomberos preguntaron intrigados: "¿¿Cómo??".


Entonces el anciano respondió: "Es que no había nadie a su alrededor que le dijera que era imposible".





La atención a la diversidad en el aula ha de partir necesariamente del reconocimiento de todos y cada uno de nosotros y nosotras como personas completas y distintas desde el momento en que nacemos, por lo que el compromiso de atender a las necesidades de cada cual implica garantizar una serie de condiciones que nos parecen irrenunciables y que deben ajustarse al contexto de cada realidad concreta:




1. La organización flexible de tiempos, espacios y modelos de agrupación que posibiliten diferentes tipos de interacción.

2. Una plantilla de profesionales lo suficientemente amplia para atender a las condiciones reales y con capacidad y disponibilidad de coordinación y de intervención dentro de la propia aula.



3. Un tiempo real de reflexión y participación que permita trabajar en el aula desde las necesidades de todos los sectores (alumnos, familias, profesorado) como punto de partida.



4. Un planteamiento de la labor de apoyo como algo integrado dentro del propio currículo y no como algo al margen que permita una mayor riqueza en la intervención desde el reconocimiento mutuo y la aportación de todas las personas que intervienen (maestras y especialistas)



5. Una formación integral y continua del profesorado y de las propias familias como sectores claves del proceso educativo de los niños y niñas que atienden la etapa de Educación Infantil y Primaria.



6. Un modelo educativo que favorezca un clima afectivo en el aula, rescatando la posibilidad de disfrutar con el propio esfuerzo en el proceso personal de aprendizaje.






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