jueves, 11 de noviembre de 2010
Enseñanza de Habilidades Funcionales
considerar como destrezas por adquirir?
Sugerimos realices un análisis de un día típico en la vida de tu hijo, haciendo una lista con algunas de las tareas que haces por él y que desearías que él aprendiera por si mismo. Por ejemplo: amarrarse los zapatos, arreglar la cama, comer solo. Evidentemente, no podrás enseñarle todo ésto a la vez. A continuación, ofrecemos tres consideraciones a evaluar para definir una habilidad meta...
¿Qué crees que el niño quiere aprender?
Deberás observar a tu hijo con cuidado para definir lo que él quiere aprender. Posíblemente te lo dirá. Posíblemente te lo indicará al intentar realizar una tarea por si mismo. Por ejemplo, untarle mantequilla al pan con un cuchillo o abrocharse la ropa.
¿Qué destrezas opinas que el niño está en capacidad de aprender?
Debes estar consciente que a medida que el niño va creciendo y madurando, algunas habilidades se adquieren antes que otras. Por ejemplo, comer con un tenedor viene antes que cortar con un cuchillo. Al seleccionar una habilidad meta deberás considerar lo que ya el niño ha aprendido y lo que podría ser el próximo paso.
Cada destreza ganada proporcionará la base para aprender otras. Una vez que se aprende a lavar las manos y la cara, se hace mas sencillo cepillarse los dientes: ya conoce la rutina en el baño, ha aprendido a abrir y cerrar el grifo, comprende lo que es enjuagarse, etc. Debes estar atenta a las pistas que te indicarán lo que ya logra hacer y disfruta haciendo para ayudarte a seleccionar una meta apropiada. Por lo tanto, debes ver si ya intenta realizar ciertas destrezas y si ya ha dominado parte del procedimiento para lograr otras.
¿Qué destrezas quieres tú como padre enseñar?
Seguramente desearás empezar con una habilidad que piensas es importante para el niño. Posiblemente haya un área en la que la falta de habilidades causa los mayores problemas para toda la familia. Por ejemplo, el no poder comer por si solo dificulta que todos coman juntos en la mesa o su inhabilidad para vestirse en la mañana puede significar que no tienes tiempo para pasar con tus otros hijos antes de que salgan para el colegio...
En base a las consideraciones expuestas anteriormente, selecciona una destreza y esa será tu meta.
Establecer los pasos....
El proceso de aprendizaje se produce en etapas graduales. Para introducir una nueva destreza, debemos comenzar por subdividirla en pasos lo suficientemente sencillos para que el niño pueda irlos dominando con
facilidad. El que aprendamos a contemplar una nueva actividad de esta forma fragmentada, apreciándola desde el punto de vista del niño, nos será de gran utilidad para garantizar un aprendizaje exitoso y continuado.
Tomemos como ejemplo el Aprender a tender la cama.
Nota: comenzar con la sábana lisa, prensada al pie de la cama, debajo del colchón.
* Tirar de la sábana hacia la cabecera, hasta que se vea estirada.
* Eliminar las arrugas, halando primero por un lado y luego por otro.
* Tender la cobija (si la utiliza) sobre la sábana, evitando una vez más las arrugas.
* Doblar la cobija del lado de la cabecera.
* Colocar encima el edredón, alisándolo.
* Doblar el edredón del lado de la cabecera.
* Colocar la almohada sobre la parte doblada del edredón.
* Virar al derecho el edredón, de un lado y del otro.
* ¡Misión cumplida!
Como se puede obsevar, el hacer la cama es en realidad una cadena de pequeños pasos relacionados entre sí, algo como una receta de cocina. Para definir los eslabones de la cadena, debemos nosotros comenzar la actividad e irla realizando lentamente, anotando cada paso. Se hace necesario justamente entrenar la destreza en esta forma ya que a un niño con necesidades especiales, podría dificultársele una tarea aparentemente sencilla por carecer jústamente de la capacidad de ordenar los pasos lógicos secuenciales requeridos para determinada actividad.
El truco entonces es fraccionar la destreza a entrenarse (por ejemplo, vestirse, bañarse) en sus componentes secuenciales, anotando cada acción requerida en forma independiente, específica y sencilla.
Recuerde que la regla principal consiste en enseñar gradualmente. Comience por aquel paso que su hijo ya domine y prosiga al próximo, sin apurar el proceso. No pase al siguiente hasta que el muchacho haya vencido por completo el actual.
Como padre, Ud. puede llegar a ser el mejor maestro de su hijo. ¡Desarrolle su propio estilo y comprobará sus propias habilidades!
Seleccionando y preparando el sitio para practicar la enseñanza de la habilidad meta
Gran parte de nuestra conducta es controlada por la disposición física de nuestro entorno. Por lo tanto, para establecer el ambiente que propicie un aprendizaje efectivo, necesitamos adecuar un sitio que nos permita ensayar con el niño la destreza señalada hasta dominarla, aquel que indique al niño las conductas permitidas y esperadas.
Resulta frustrante insistirle al niño sobre lo que debe hacer mientras su entorno le indica otra (eje. ¡aquella pelota de futbol que salta a la vista!). Se recomienda entonces reducir al máximo las oportunidades de que surjan distracciones.
Evaluemos entonces los siguientes factores:
¿Cuál será el momento mas apropiado para enseñar?
Se deberá estimar un lapso de tiempo para lograr la enseñanza. La capacidad de atención del niño determinará su duración. Algunas habilidades pueden lograrse con una sesión semanal de entrenamiento (eje. andar en triciclo) mientras que otras deben ser enseñadas todos los días (eje. las relacionadas al aseo personal).
En cuanto al horario óptimo para enseñar, no existe uno preciso...puede ser sencillamente aquel en que Ud. pueda dedicarle toda su atención a su niño. Piense también en el niño y asegúrese de que no haya elegido un momento en que, por eje., haya conflicto con su programa de TV favorito o cuando esté cansado o alterado. Puede parecer difícil establecer esta sesión idílica pero el esfuerzo vale la pena.
¿Cuál será el sitio más indicado para impartir la enseñanza?
El lugar donde se enseña incide directamente en el aprendizaje. Por consiguiente, se debe escoger aquel que esté lo más lejos posible de las distracciones e interrupciones diarias. Nada debería apartar la atención del niño de las dos cosas que allí importan: el maestro (Ud. o la persona designada en ese rol) y los materiales de enseñanza.
Una vez decidido donde se enseñará y después de haberlo hecho allí un par de días para asegurarse de obtener resultados óptimos, procure usar ese lugar siempre. Su niño pronto se acostumbrará a que es el sitio donde se viene a aprender.
¿Cuáles serán los materiales que se necesitarán?
La enseñanza de la mayoría de las habilidades requiere del uso de algunos materiales. Contemple esos materiales desde el punto de vista del niño. ¿Resultan interesantes, agradables al mirarlos? ¿Son fáciles de manipular?
El objetivo de la sesión de enseñanza determinará qué materiales específicos serán necesarios. Sin embargo, recuerde que se trata de brindar la mayor posibilidad de éxito posible. Por lo tanto, pueden requerirse adaptaciones. Por eje.: una pelota grande es usualmente más fácil de atrapar; ensartados largos son más fáciles de encadenar y un vagón vacío es más fácil de halar. Luego se puede avanzar a pelotas de tennis, ensartados pequeños y hasta ¡hermanitos en el vagón! Un rompecabezas de 5 piezas es más fácil que uno de 9. Trabajar en una mesa es más fácil si la mesa y la silla son del tamaño del niño. La ropa holgada resulta más fácil de manipular...
Considere igualmente si se puede adecuar el ambiente para que el niño maneje mejor los materiales. Por eje., para evitar que el papel de colorear se mueva o se caiga de la mesa, puede sostenerse por las esquinas con tirro. Para facilitar armar un rompecabezas, ármelo Ud. primero, colóquelo sobre un cartón, marque el perímetro, pegue algunas piezas con tape por detrás, dejando 1, 2 ó 3 para que el niño las ubique y las coloque, posteriormente remover un mayor número de piezas hasta comenzar de cero.
Como el mejor experto en cuanto a las habilidades y limitaciones de su hijo, esfuércese por identificar los juguetes, materiales y el escenario que propicie el mejor aprendizaje.. Comprendemos que nuestro salón de clases es realmente un espacio de nuestro hogar. Y en casa, sucede lo inesperado: la llamada telefónica, la alarma de un auto, el timbre de la puerta...incidentes imposibles de prevenir. Sin embargo, una vez elegido el horario, el lugar y los materiales para enseñar, estas interrupciones inesperadas serán menos frecuentes y no alterarán el programa de enseñanza.
El ingrediente esencial: la paciencia...
Reconocemos que enseñar al niño con necesidades especiales puede ser un proceso lento. Ud. debe enfrentar su rol de educador hogareño con optimismo, pero también con realismo. Con paciencia. Su buena voluntad para proceder gradualmente y perseverar en ello - a pesar de pequeños retrocesos y frustraciones - irá en beneficio del niño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario