sábado, 20 de noviembre de 2010

El DISCRETO SONIDO DE LAS ALAS DE LOS ANGELES...

Recibimos este texto por email que compartimos aqui. Aunque no concordamos en algunas afirmaciones, nos permite reflexionar un poco

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Texto de Rubem Alves

Víctor es un adolescente. Consiguió un empleo en el McDonald’s.En el McDonald’s trabajan adolescentes. Antes de iniciar su trabajo ellos son entrenados. Son entrenados, primero, a cuidar del espacio en que trabajan: el orden, la limpieza, los materiales - servilletas, cañitas, condimentos y salsas, bandejas. Es preciso no desperdiciar. Después, son entrenados para tratar con los clientes. Delicadeza. Atención. Simpatia. Sonrisas. Buena voluntad. Clientes no deben ser contrariados. Tienen que sentirse como en casa. Tienen que salir satisfechos. Si salen contrariados, no regresaran. Victor aprendió bien las lecciones: comenzó su trabajo. Mas luego el descobrió una cosa que no estaba de acuerdo con lo aprendido: los adolescentes que eran los clientes, no cuidaban de las cosas como ellos, los empleados, cuidaban. Tiraban las cañitas, más de lo necesario, solo para jugar. Usaban más servilletas do que las necesarias. Ponían las bandejas dentro de la basura. Allí Víctor no consiguió comportarse de acuerdo con las reglas. Solo él y sus compañeros de trabajo obedecían as reglas era necesario que los clientes obedeciesen las mismas reglas. Eso vale no solo para el McDonald’s como también para toda la vida social. Porque sonreír y ser delicado con los clientes que no respetaban las reglas de educación? Y quedó claro para todo el mundo, colegas y clientes, que Víctor no estaba siguiendo las lecciones... El jefe llamó a Víctor. Le recordó lo que le había sido enseñado. Víctor no se convenció. No cedió. Dijo de forma clara lo que estaba sintiendo, lo que él deseaba era coherencia. Aquella condescendencia sonriente y amigable era una mala política educativa. Era injusticia.

Los compañeros de trabajo sentían y pensaban lo mismo que el. Más eran más flexibles... No reclamaban. Se tragaban el comportamiento mal educado de los clientes-adolescentes con una sonrisa pre-escrita,. Y el jefe, sonriendo, acabo por dar la razón a Víctor. ¿Cual es la diferencia que había entre Victor y sus compañeros?



Víctor tiene síndrome de Down.



Edmar es un adolescente. Callado. Casi no habla. Consiguió un empleo como lavador de autos en una gasolinera. Empleo bueno para el porqué no es necesario hablar en cuanto se lava un carro. Más de repente, sin ninguna explicación, Edmar no quiso trabajar. Se quedaba quieto en un rincón sin dar explicaciones Edmar, como o Víctor, tienen síndrome de Down. La "Fundación Síndrome de Down", que había conseguido el empleo para Edmar, fie informada de lo que estaba aconteciendo. Qué tristeza! Un bien empleo - y parece que Edmar iba a dejar el empleo. El camino más fácil seria simplemente decir: "Pena. Fracasamos. No resulto. Personas con síndrome de Down son así..." Mas la encargada de la inclusión no aceptó esa solución. Tenía que haber una razón para el extraño comportamiento de Edmar. Y como el es callado y no explica las razones de lo que hace, ella resolvió hacer una cosa radical: empleo se como lavadora de carros, en el puesto donde Edmar trabajaba. E fue allí, al lado do Edmar, que ella descubrió la causa del problema Edmar odiaba el líquido negrito que se coloca en las llantas .Lo odiaba porque tal líquido se pegaba en la mano, no había forma de sacarlo, y la mano quedaba negra y fea. Edmar no gustaba que su mano quedase negra y fea. Todos los otros lavadores - sin síndrome de Down - sentían lo mismo que o Edmar sentía, en relación al líquido negro. También ellos no gustaban de ver sus manos negras y sucias. No gustaban mas no reclamaban. La solución? Despedir a Edmar? De ningún modo! La "lavadora investigó si existía otro líquido que produjera el mismo efecto que el líquido Descubrió. Había. E así Edmar volvió a realizar alegremente su trabajo com las manos blancas. Y, gracias a él, y el trabajo de la "lavadora", todos los otros pudieron tener manos limpias al o finalizar su jornada.

Esa es una sorprendente característica de aquellos que tienen síndrome de Down: no aceptan aquel que contraria su deseo y sus convicciones. Victor deseaba coherencia. No iba a tragarse el comportamiento no civilizado de alguien. Edmar quería tener sus manos limpias. No iria hacer una cosa que ensuciase sus manos

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