Es un hecho debidamente registrado que por pertenecer los unos al sexo masculino y las otras al sexo femenino, padres y madres reaccionan de modo diferente a la gran variedad de situaciones que se presentan en la vida familiar. Esto es especialmente cierto cuando deben confrontarse al nacimiento de un niño autista. El reconocimiento del autismo como tal puede llevar algunos años antes de ser diagnosticado.
Aceptar que un hijo no se desarrolla según lo esperado puede ser una de las principales áreas de conflicto entre padres. Esto es especialmente cierto en el caso del padre, ya que la madre naturalmente tratará de dar a su hijo todo el amor y atención que éste requiera, haciendo que el padre posiblemente se sienta excluido o incompetente. Ya que el padre comúnmente sale a trabajar, puede haber una tendencia a dejar la mayor parte del cuidado del niño a la madre en lugar de compartir ambos la carga extra. Cuando esto sucede, no existe un vínculo fuerte entre el hijo y el padre lo cuál conduce al mismo padre a tomar distancia con el niño.
Todo niño necesita sentirse querido por ambos padres. Es parte de la responsabilidad de padre cultivar y construir una relación íntima con el hijo. Si uno de sus hijos es autista esto es de particular importancia, ya el niño quizás no tenga la capacidad de expresar sus sentimientos.
Nuestra propia crianza, y la sociedad en la que vivimos, pueden afectar drásticamente el modo en que sobrellevamos el hecho de tener un hijo autista. Sus requerimientos son más complejos, y frecuentemente no son reconocidos inmediatamente por aquellos ajenos al ambiente familiar. El rol del padre puede ser muy importante a la hora de verificar que se está recurriendo a todos los mecanismos posibles para ayudar a que la familia comprenda y sobrelleve esta situación estresante. Esto bien podría incluir ciertos cambios en nuestras propias actitudes y perspectivas.
Lo principal como padre de un hijo autista es construir una relación cariñosa e íntima con su hijo eso se supera con creces y con el tiempo y con esfuerzo extra necesarios. No existe mayor recompensa que escuchar al propio hijo decir “Te amo” y ver la sonrisa en su cara cuando uno le dedica tiempo de calidad. No se desmoralice por las opiniones de personas que no entienden. Comience a demostrar su afecto y desarrolle una relación íntima con su hijo inmediatamente. Cosechará los beneficios
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